significado de espiritualidad

Significado de espiritualidad en el pensamiento hebreo

Cuando la gente piensa sobre la “espiritualidad” y trata de definirla, sus referencias pueden ser del cristianismo o de la perspectiva del lejano oriente más que una perspectiva hebrea. En el cristianismo o en el budismo, por ejemplo, una persona sagrada es un individuo que aspira a aislarse del mundo, vivir una existencia ermitaña, en completa abstinencia de todas las cosas de este mundo.

En contraste, la espiritualidad Hebrea se logra principalmente a través de nuestra participación en el mundo físico y a través de nuestra interacción con las personas, lo cual imbuye con sentido nuestras experiencias e interacciones.

¿De qué manera uno enfoca la búsqueda y el desarrollo de la propia espiritualidad? Los libros, los sitios de Internet y la TV ofrecen una cantidad ilimitada de consejos para los buscadores de espiritualidad.

Dependiendo del gusto de cada uno, hay una abundancia de oportunidades para comenzar una búsqueda espiritual: espiritualidad nueva onda, religiones tradicionales organizadas, filosofía del lejano oriente, meditación y retiros.

En el pensamiento hebreo, la búsqueda de espiritualidad comienza desarrollando una valoración por las cosas obvias que la persona puede observar en su propio mundo. El primer hebreo, Abraham, comenzó su travesía hacia D’os realizando estas observaciones y formulándose después una pregunta muy simple: ¿de quién es este mundo?

la espiritualidad es convivir con muchos
la espiritualidad es convivir con muchos

La mistica hebrea nos enseña lo siguiente

1. – Abraham observó el mundo y comprendió que el orden que veía era una señal de la existencia de una planificación inteligente.

Abraham era objetivo en su búsqueda de espiritualidad y estaba dispuesto a aceptar las conclusiones de su exploración.

2. – Abraham se formuló una pregunta estando dispuesto a aceptar la respuesta.

Todos veían «el palacio» y se beneficiaban de su luz. Ellos observaban este mundo y aprovechaban su poder para mejorar su propia calidad de vida. La novedad en el enfoque de Abraham fue que él no vio el mundo como un instrumento para satisfacer sus propios deseos y necesidades.

Él reconoció que el mundo tenía un Propietario, y él quiso saber qué era lo que ese propietario deseaba. Abraham no lo hizo por sí mismo; él quería cumplir con la voluntad de D’os sin importar el costo. La espiritualidad comienza con la motivación no egoísta de beneficiar al otro incluso a expensas de uno mismo.

3.  – Ver el mundo como el mundo de D’os requiere salir de la perspectiva egocéntrica.

El primero y principal jesed (Bondad-altruismo) de Abraham fue que él descubrió a D’os, mientras estaba rodeado de ídolos y falsedad, y comenzó a proclamar Su existencia al mundo. Para poder hacerlo, él debió escaparse de sus nociones preconcebidas, de la manera en la cual lo habían educado y de la comodidad de la familiaridad.

Él debía ver las cosas tal como eran realmente, sin los filtros del ego y del ser. Para descubrir al “artista” uno debe sacarse a sí mismo del cuadro y buscar la verdad, sin importar las consecuencias o los resultados de su descubrimiento. Este proceso requiere jesed. puedes ver el curso agentes de luz

Por lo tanto, el punto de partida en nuestra búsqueda para explorar la espiritualidad hebrea es la disposición
a ir más allá de nuestras necesidades personales tal como queda demostrado por el jesed, y ser objetivos,
estando dispuestos a aceptar las consecuencias de nuestra búsqueda. Y todo el proceso requiere un serio esfuerzo.

4. – El  mundo es una lucha entre el bien y el mal, y la humanidad es responsable por ambos.

«un palacio en llamas». De esta manera, el reconocimiento de Abraham asume otra profundidad: él vio que el mundo era una lucha entre el bien y el mal y se preguntó: «¿Cómo es posible que nadie extinga el fuego?». Y su respuesta fue: «Yo soy el responsable tanto por el bien como por el mal».

Abraham ve un palacio. El mundo tiene orden y por lo tanto tiene un Creador. Pero el palacio está en llamas. El mundo está lleno de desorden, de mal, de violencia e injustica…

Si D’os creó al mundo, eso significa que Él también creó al hombre. ¿Entonces por qué le permite al hombre destruir el mundo?

¿Cómo podemos resolver la contradicción del orden de la naturaleza con el desorden de la sociedad? ¿Acaso D’os puede haber creado al mundo sólo para abandonarlo?

Abraham entendió que D’os controla tanto el bien como el mal, e inicialmente se sintió confundido preguntándose por qué D’os dejaba que tuviera lugar el mal. Su conclusión fue que D’os quería que nosotros revelemos Su bondad eliminando el mal del mundo.

Por lo tanto, éste es el nivel más profundo de nuestra travesía espiritual: reconocer que D’os creó el mundo con la posibilidad del mal para poder revelar finalmente Su unidad a través del triunfo del bien sobre el mal.

En consecuencia, en nuestra búsqueda por espiritualidad reconocemos que:

1) Vivimos en un mundo que refleja el jesed de D’os, que nos llama a ser objetivos y aceptar las consecuencias de nuestra búsqueda;

2) La búsqueda de una genuina espiritualidad requiere mucho trabajo y a menudo requiere una reorientación
básica de nuestro carácter;

3) Son los actos mismos de la humanidad los que llevan a un mundo caracterizado por el bien o por el mal, donde necesitamos asumir la responsabilidad por nuestros actos.

Ésta es la expresión de nuestra espiritualidad.

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