Donde la sabiduría se convierte en camino, la intuición en maestra, y el alma recuerda su propósito.
Nuestra frase de marca no es un eslogan comercial. Es una declaración sagrada. Es la síntesis del viaje interior que proponemos en cada curso, cada palabra y cada silencio.
Conciencia es el primer despertar. Es abrir los ojos del alma después de haber dormido bajo capas de creencias, estructuras y hábitos. Es comenzar a ver más allá de lo aparente, más allá de lo que te enseñaron, y sentir el llamado profundo a recordar quién eres en verdad.
Luz es el segundo paso. Es lo que ocurre cuando la conciencia se enciende: la Luz interior comienza a brillar. No es una luz que viene de afuera, sino la que siempre estuvo dentro esperando ser revelada. Es la comprensión, la expansión, la conexión con la sabiduría que trasciende toda lógica. Es la guía del Ruaj, el resplandor del alma despierta.
Retorno es el propósito. No hemos venido a este mundo a quedarnos perdidos. Todo viaje espiritual auténtico nos conduce de regreso: al origen, al propósito, a la Unidad. Retornar no es ir atrás, es elevarnos hacia la verdad esencial que siempre habitó en nosotros. Retornar es volver al Hogar, al corazón, a la Fuente.
Conciencia, Luz y Retorno no son solo palabras. Son los tres pasos del alma que recuerda. Y en el Instituto David Pretel, este es el viaje que emprendemos juntos.
En el Instituto David Pretel no repetimos fórmulas ni adoctrinamos mentes. Aquí, la enseñanza es un acto sagrado guiado por la Voz interior, el Ruaj que inspira desde lo alto y desde lo profundo. No seguimos tradiciones religiosas, sino que bebemos directamente de las fuentes puras de sabiduría: el Zóhar, las enseñanzas del Arizal, el Nuevo Testamento leído con ojos del alma, y sobre todo, la guía viva del Espíritu en David Pretel. Cada curso es un espacio donde se enciende la llama del conocimiento intuitivo y experiencial.
$ 750 USD
$ 300 USD
$ 800 USD
$ 0.0 USD
En el Instituto David Pretel no hablamos de precios como si se tratara de un producto comercial. Lo que ofrecemos son viajes de retorno al alma, espacios de transformación interior donde cada enseñanza ha sido cuidadosamente inspirada, canalizada y construida para acompañarte en tu despertar espiritual.
La energía que recibes en estos diplomados es profunda, y también lo es la energía que se entrega al crearlos. Por eso, cada formación tiene un valor de intercambio que oscila entre 500 y 800 USD, dependiendo de la duración, la guía personalizada y el nivel de profundidad del contenido.
Este aporte no es solo un pago, es una ofrenda consciente, una forma de honrar el conocimiento y permitir que esta labor siga expandiéndose y llegando a más almas.
No creemos en la presión ni en la urgencia. Si sientes el llamado, el camino se abrirá. Y si tu alma está lista, confiamos en que los medios también llegarán.
“Toda alma sincera es bienvenida. El valor nunca será una barrera para quien realmente siente el llamado.”
En el Instituto David Pretel creemos que ser espiritual no es renunciar a la abundancia, sino alinearla con la luz. Vivimos en un mundo material no para negarlo, sino para revelar en él la presencia divina. Lo que damos en estos diplomados nace del alma, pero también exige tiempo, energía, estudio, entrega… y merece una retribución justa y consciente.
Mucho se ha dicho —y erróneamente creído— que los hombres de luz deben vivir en carencia. Pero eso es parte de una narrativa que desconoce que la luz también quiere manifestarse en lo bello, lo digno y lo pleno.
Nosotros creemos que una espiritualidad madura es aquella que honra la materia como vehículo de propósito. Por eso, cada valor que entregas por estos diplomados no solo sostiene este espacio sagrado, sino que también permite que el mensaje se expanda, que más personas sean tocadas y que el maestro siga dando luz, sin apagar su propia llama.
Más que acumular conceptos, buscamos provocar transformaciones. Nuestros diplomados no se quedan en la superficie de las palabras, sino que penetran en lo profundo del ser. Son un viaje interior hacia las raíces de tu alma, un retorno consciente al Origen. A través de meditaciones, simbolismos, ejercicios internos y claves kabbalísticas, abrimos portales de conciencia donde el conocimiento se convierte en revelación, y la información en sabiduría vivida.
El mundo está saturado de escuelas que forman mentes repetitivas. En nuestro instituto, el aprendizaje nace desde otra dimensión: la del alma que recuerda. Aquí no se memoriza, se despierta. No se adoctrina, se libera. No se forma para encajar en un sistema, sino para romperlo. Cada enseñanza es canalizada desde una intención pura: ayudarte a descubrir quién eres más allá de las creencias heredadas.
Cada experiencia compartida aquí no es un testimonio común, es el eco de un alma que volvió a casa. No pedimos opiniones, escuchamos revelaciones. Porque cuando la enseñanza toca el espíritu, el alma habla por sí sola.
Gracias a todos los que han enviado su experiencia. Seguiremos sumando más historias pronto.
La Kabbalah que enseñamos no es la del intelecto seco ni la de fórmulas huecas. Es una Kabbalah viva, práctica, aplicada a tu proceso personal. Usamos el Árbol de la Vida, las letras hebreas y los mundos espirituales como mapas del alma, no como curiosidades teóricas. Y sobre todo, los conectamos con las enseñanzas de Jesús desde una mirada mística, no religiosa, para que puedas reencontrarte con el Cristo interno y no con un sistema externo.
Si alguna vez sentiste que la religión te quedó pequeña, que las respuestas oficiales no llenan tu sed, que tu alma anhela un lenguaje más profundo… este es tu lugar. El Instituto David Pretel es un refugio para los buscadores sinceros, para los que saben que hay una Verdad más allá de los libros, más allá de los templos, y más allá del ruido. Aquí no te damos una fe impuesta: te acompañamos a reconstruir tu fe desde dentro.
Amo enseñar. Amo transmitir la luz que me habita.
Y aunque muchas veces lo haría sin esperar nada, he aprendido que también es sagrado recibir.
No por necesidad, sino por equilibrio.
No por apego, sino por reconocimiento.
No por ambición, sino por gratitud.
Estos diplomados no son un producto. Son la expresión de mi alma.
Y así como entrego mi luz con devoción, también agradezco cuando la vida me devuelve en forma de sustento, bienestar y dignidad.
Porque la espiritualidad no está reñida con la abundancia.
Y porque dar y recibir son las dos alas del alma libre.
– David Pretel