Pablo y Jesùs: De perseguidor a Maestro
De Perseguidor a Maestro: El Secreto Místico de Pablo y la Kabbalah
Gálatas 1:11-12 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; 12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
El Evangelio como Transmisión Oral y su Relación con la Kabbalah
Pablo, en este pasaje, afirma que el evangelio (Mazoreth) que él predica no es una enseñanza humana, sino que le ha sido revelado directamente por Jesucristo. La palabra “evangelio” proviene de la raíz hebrea Mazoreth (מַסּוֹרֶת), que significa “tradición” o “transmisión oral”, y está directamente relacionada con el concepto de Kabbalah (קַבָּלָה), cuyo significado es precisamente “recepción”.
Tanto la Kabbalah como el evangelio que Pablo menciona comparten el mismo origen en la transmisión oral de la sabiduría divina. La Torah oral en la tradición hebrea no es una mera repetición de conocimientos, sino una revelación continua que desciende a cada generación a través de aquellos que han preparado su conciencia para recibirla.
Pablo indica que su conocimiento del evangelio no proviene de la instrucción de otros, sino de una revelación interna. Aquí encontramos el mismo principio que opera en la Kabbalah: la sabiduría es recibida por aquellos cuya vasija (Kli, כְּלִי) está preparada para contener la luz divina.
Jesucristo como la Conciencia Crística en Pablo
El pasaje menciona que la enseñanza que Pablo recibió provino de Jesucristo. Desde una perspectiva mística y kabbalística, Jesús (Yeshua) representa la conciencia superior, la chispa divina dentro del alma del ser humano. Pablo no se refiere aquí a un Jesús físico que le enseñó doctrinalmente, sino a la revelación de la Conciencia Crística en su ser interno.
En términos de la Kabbalah, la Conciencia Crística es la manifestación del nivel de Tiferet en el Árbol de la Vida, que representa la armonización entre el mundo divino y el mundo terrenal. Este nivel es el centro del equilibrio espiritual y el punto en el que el alma puede recibir revelación directamente del Ein Sof (la luz infinita).
Pablo, al recibir esta revelación, experimenta la “Hitgalut” (התגלות), que en la Kabbalah es la manifestación de la divinidad en la conciencia humana. Esto es paralelo a lo que los kabbalistas llaman “Daat Elyon” (דַּעַת עֶלְיוֹן), el conocimiento superior que no se adquiere por estudios externos, sino por una iluminación interna del alma.
El Proceso de Recepción Mística en Pablo
Para entender cómo Pablo recibió esta revelación, es necesario analizar su proceso de transformación. Pablo inicialmente persiguió a los seguidores del Camino (HaDerej, הַדֶּרֶךְ), lo que indica que su conciencia estaba atrapada en las limitaciones del juicio severo (Gevurah). Sin embargo, su experiencia en el camino a Damasco fue una apertura de sus sefirot internas, permitiéndole recibir directamente la luz de la conciencia superior.
Este proceso es similar al del profeta Moisés, quien también recibió la Torah no como una enseñanza humana, sino como una revelación divina. La diferencia radica en que Moisés la recibió en su totalidad en el nivel de Binah (entendimiento), mientras que Pablo la recibió en el nivel de Daat, donde el conocimiento se vuelve una conexión directa con la divinidad.
El Evangelio como Kabbalah Interna
La Kabbalah enseña que el conocimiento superior solo puede ser revelado a aquellos que han despertado su conciencia. Pablo está describiendo aquí la esencia de la Kabbalah en su estado más puro: un conocimiento que no se obtiene por estudio intelectual, sino por una transmisión directa de la Luz.
El hecho de que Pablo reciba este evangelio por revelación y no por enseñanza humana nos muestra que el conocimiento verdadero no proviene de fuentes externas, sino de la conexión con el Yo Superior, que en términos cristianos es la Mente de Cristo y en términos kabbalísticos es la Yechidah (el nivel más alto del alma).
Por lo tanto, cuando Pablo dice que su evangelio no es según hombre, sino por revelación de Jesucristo, está diciendo que su comprensión proviene de un nivel superior de conciencia, que no está limitado por la razón humana ni por la tradición religiosa externa, sino por una conexión interna con la Fuente.
El Evangelio como Sabiduría Mística Recibida
Este análisis nos lleva a comprender que Pablo no estaba enseñando un evangelio separado de la Kabbalah, sino que estaba describiendo el proceso de recepción de la sabiduría divina de la misma manera en que lo hacen los kabbalistas.
Así como la Kabbalah es transmitida de maestro a discípulo hasta que el discípulo alcanza un nivel en el que puede recibir directamente la Luz, Pablo nos dice que la conciencia de Cristo en él fue la que le reveló esta verdad, sin necesidad de intermediarios humanos.
Esto nos invita a reflexionar sobre nuestro propio camino espiritual: la verdadera sabiduría no es una doctrina externa, sino una revelación interna que cada alma debe recibir a través de su despertar.
Lo que ocurrió en la vida de Pablo es un proceso de transformación profunda que la Kabbalah describe como un ascenso en los niveles del alma y una apertura a la Luz superior. Pablo pasó de ser un perseguidor de la verdad a un transmisor de los misterios divinos, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿qué debe ocurrir en la vida de una persona para alcanzar estos niveles?
INSTITUTO DAVID PRETEL
El Proceso de Transformación Espiritual: De Perseguidor a Iluminado
En la Kabbalah, el viaje espiritual de una persona sigue un patrón de “descenso para ascender” (yeridah letzorej aliyah, יְרִידָה לְצוֹרֶךְ עֲלִיָּה). Es decir, el individuo primero debe experimentar un estado de oscuridad antes de recibir la Luz. En el caso de Pablo, este descenso se manifestó en su persecución de los seguidores del Camino, lo que indica que estaba atrapado en la rigidez de la Sefirá de Gevurah (juicio severo).
Pero su colapso en el camino a Damasco representa la “Shvirat HaKelim” (שבירת הכלים), la ruptura de los recipientes en su vida. En ese momento, su estructura interna colapsó y quedó ciego, lo que en términos kabbalísticos representa la pérdida de su visión limitada de la realidad. Solo cuando su ego fue quebrantado pudo recibir una nueva Luz.
Este patrón se encuentra en toda persona que busca la verdad. Antes de alcanzar la revelación, es necesario un “Tzimtzum” (צִמצוּם), una contracción de la Luz en la vida del individuo, lo que provoca una sensación de vacío existencial. Es este vacío el que genera el deseo auténtico por la verdad.
El Deseo Auténtico: La Clave para la Revelación
Baal HaSulam enseña que no es necesario un maestro externo para aprender Kabbalah, sino que cuando una persona tiene un deseo genuino (Ratzon Amiti, רָצוֹן אֲמִתִּי), las Luces Circundantes (Ohr Makif, אוֹר מַקִּיף) comienzan a iluminar su conciencia y a enseñarle los misterios.
Pablo experimentó exactamente esto. En el momento en que quedó ciego, su deseo por la verdad se intensificó. Solo después de ese punto de vacío pudo recibir la revelación.
En la vida de cualquier persona, este proceso ocurre de manera similar:
- Estado de Confusión y Resistencia – Antes de recibir la sabiduría, la persona suele estar atrapada en paradigmas limitados. Esto puede manifestarse en dogmatismo, racionalismo extremo o incluso en el rechazo de lo espiritual.
- Colapso del Viejo Paradigma – En algún punto, la estructura de creencias del individuo se rompe. Esto puede ocurrir a través de crisis existenciales, sufrimientos o eventos que lo sacuden profundamente.
- Vacío y Anhelo por la Verdad – El individuo, al experimentar el vacío, comienza a buscar respuestas genuinas. Aquí es donde la Ohr Makif (Luz Circundante) comienza a actuar.
- Recepción de la Luz Interna – Si el deseo es auténtico y la persona está lista para renunciar a sus viejos paradigmas, entonces la revelación ocurre desde dentro, sin necesidad de un maestro externo. La sabiduría comienza a fluir como una conexión directa con la fuente.
El Papel del Maestro en la Kabbalah
Aunque Baal HaSulam enfatiza que un maestro no es indispensable, también enseña que la transmisión de la sabiduría ocurre cuando el alumno tiene un anhelo sincero y está en la vibración correcta para recibir. Un maestro puede ayudar a acelerar este proceso, pero no es la fuente del conocimiento.
Pablo no aprendió de otros, pero tampoco estaba aislado. Fue guiado por Ananías en un punto clave de su proceso, lo que sugiere que a veces se necesita una pequeña intervención externa para activar la revelación interna.
Conclusión: Cómo Alguien Puede Alcanzar estos Niveles
- Aceptar el Vacío – No resistir las crisis espirituales, sino comprender que son parte del proceso de ascensión.
- Desarrollar un Ratzon Amiti (Deseo Genuino) – No buscar la sabiduría por curiosidad intelectual, sino por una necesidad interior profunda.
- Permitir la Acción de la Ohr Makif (Luz Circundante) – Entender que la Luz llega cuando la persona está preparada, no cuando ella lo decide.
- Dejar que la Conciencia Crística se Manifieste – No imponer barreras mentales a la revelación, sino permitir que el conocimiento fluya desde dentro.
Este es el camino que Pablo recorrió, y es el mismo que cualquier persona puede recorrer si está dispuesta a ser transformada desde lo más profundo de su ser.